Fuente: Diario de Navarra (27 de noviembre de 2011)
Isabel Azcona Ema, de 42 años y vecina de Pamplona, es madre adoptiva de tres hijos de 23, 7 y 6 años y biológica de una hija de 3. Trabajadora social especializada en Familia, Infancia y Adolescencia y postgrado en Acogimiento familiar, Adopción y Postadopción, coordina el Grupo de Trabajo sobre Adolescencia de CORA (Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y Acogimiento) y es responsable de los grupos de adolescentes y sus familias en la asociación navarra de familias adoptivas AFADENA. Recientemente ofreció una charla en Pamplona sobre "Dificultades y retos de las personas adoptadas en la adolescencia", dentro de un ciclo organizado por la citada entidad.
¿Cuáles son esas dificultades?
Las personas adoptadas tienen que enfrentar, en la adolescencia, el mismo proceso de construcción de su identidad que cualquier adolescente. Pero, en este caso, aparecen algunos aspectos relacionados con su origen y abandono que tienen que tratar de resolver y que, además de una dificultad añadida, suponen una oportunidad para integrar estos aspectos en su vida actual y en su relación con la familia adoptiva.
¿A qué aspectos sobre el origen en concreto se refiere?
Los sentimientos de miedo e inseguridad ante situaciones nuevas derivadas de los constantes cambios y pérdidas de su vida pasada, la herencia genética que surge con fuerza ante los cambios corporales y que le hace preguntarse por sus progenitores, el proceso de identificación y, a la vez, individuación que debe hacer con las dos parejas de padres, además, si la persona adoptada es de una etnia distinta a la de sus padres adoptivos, conciencia la disociación entre su físico y su cultura. Y, además, hay un tema que yo llamo el "agradecimiento debido" y que es la creencia social de que deben sentirse agradecidos a sus padres adoptivos y a la vida en general por la suerte que han tenido cuando, frecuentemente, ellos sólo son capaces de sentir dolor por lo que les ha pasado. Les hubiera gustado vivir y crecer en su familia de origen como la mayoría de los niños y no han podido hacerlo, así que, lejos de ser una suerte, es una pérdida dolorosa que, además, no está reconocida socialmente.
En qué medida influye cómo se hayan gestionado estos temas ya en la niñez, preadolescencia...?
Es fundamental cómo el adolescente ha ido elaborando su historia durante la infancia a partir de la comunicación familiar en relación a los orígenes. Cuantas más respuestas tenga sobre su pasado mejor podrá afrontar las preguntas que le surgen en la crisis adolescente. Por otra parte, si en la familia se ha creado un clima de comunicación habitual, abierta y natural sobre el tema durante la infancia, sin esperar a que el niño pregunte, al adolescente le será más fácil recurrir a sus padres para preguntarles sobre las nuevas cuestiones que le surgen
¿Conviene que la familia adoptiva se prepare o se forme sobre la etapa adolescente con el fin de estar en mejores condiciones de afrontar lo que venga...?
Para afrontar la adolescencia de las personas adoptadas es muy importante que padres y madres se sientan con la seguridad y con las herramientas necesarias para ello y una muy buena forma de hacerlo es con la formación, a través de libros sobre el tema, grupos de familias, talleres formativos o charlas como la que organiza por ejemplo AFADENA. Pero en la infancia, como he dicho antes, también es importante ayudar al niño a "avanzar el camino" iniciando la elaboración de los aspectos que surgirán con fuerza en la adolescencia y que le ayudarán a resolverla. Así que la formación de las familias es fundamental en todas las etapas evolutivas.
¿Qué suele recomendar usted a las familias a la hora de abordar este tipo de dificultades?
Incondicionalidad, es decir, que hagan saber a sus hijos que están ahí, que pase lo que pase y hagan lo que hagan les seguirán queriendo y serán sus padres y madres para siempre. Y seguridad, en forma de límites normativos y contención emocional que muchos de ellos no son capaces de desarrollar en esta etapa y que necesitan que alguien lo haga por ellos. Una tercera recomendación es pedir ayuda profesional y elegir a alguien que conozca y trabaje desde las especiales características de estos niños, no sólo con ellos, sino también con los padres y las madres que tienen en su mano muchas de las soluciones aunque no sepan cómo ponerlas en funcionamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario