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miércoles, 2 de enero de 2013

Mali cierra puertas a las adopciones internacionales

Fuente: El País (2 de enero de 2013)


Después de Marruecos en septiembre, Malí se ha cerrado ahora a las adopciones internacionales reduciendo aun más el número de países en los que españoles pueden ser padres a través de esa vía. A mediados de la década pasada España se situó, con más de 5.000 adopciones anuales, en el segundo lugar del mundo justo detrás de Estados Unidos y por delante de Francia, Alemania o Canadá. Esa cifra ha caído a menos de la mitad (2.560 adopciones en 2011) en parte a causa de la crisis, pero también de las restricciones puestas por muchos países.
El ministro de Justicia maliense, Malick Coulibaly, envió el mes pasado una circular a los magistrados instándoles a aplicar en sus sentencias el nuevo Código de las Personas y de la Familia cuyo artículo 540 solo permite dar niños malienses en adopción a padres que tengan la misma nacionalidad.
En Marruecos los españoles eran los más numerosos en tramitar kafalas (la modalidad marroquí de la adopción que equivale en España a una tutela dativa en el ordenamiento jurídico español), pero en Malí son los franceses los más perjudicados. Aún así la circular del ministro deja en la estacada a cerca de 80 familias españolas, en su mayoría catalanas, que anhelaban poder adoptar en ese paupérrimo país africano sumido en una gran crisis desde marzo pasado.
A lo largo del año pasado llegaron todavía a España medio centenar de bebés malienses. Con 154 adopciones internacionales en 2011, y una tendencia al alza, Malí fue ese año el cuarto país africano en adopciones, solo superado por Etiopía, el Congo y Nigeria.
La Asociación Francesa de Adopción pidió en diciembre, a través del embajador de Francia en Malí, a Alwata Ichata Sahi, la ministra maliense de Promoción de la Mujer y de la Infancia, una derogación para los expedientes de adopción ya presentados, pero esta la denegó.
“Ahora nos queda la esperanza de que la movilización de un sector de la sociedad civil maliense, empezando por las asociaciones privadas que regentan orfanatos, incite a las autoridades a ser más flexible”, recalca un catalán que aún confía en que su solicitud de adopción prospere. Las adopciones son una fuente imprescindible de ingresos para los orfanatos porque los extranjeros que las efectúan suelen hacer donaciones mientras las tramitan y durante los años posteriores.
Detrás del veto de Malí a la adopción por extranjeros subyace, como en Marruecos, un componente religioso: el deseo de evitar que los niños sean educados fuera del islam. Aunque la gran mayoría de la población es musulmana Malí no es, a diferencia de Marruecos, un Estado confesional.
Nueve meses después de la llegada al Gobierno marroquí de los islamistas, el ministro de Justicia, Mustafá Ramid, que es uno de los dirigentes del partido confesional, también distribuyó una circular instando a los fiscales a oponerse a otorgar kafalas a extranjeros no residentes en el país. Alegó que era imposible hacer un seguimiento de la educación religiosa de los niños si estos ya no vivian en Marruecos.
Su decisión ha dejado atrapadas a 58 familias españolas, en su mayoría catalanas, y una veintena de otras nacionalidades. Pasan por una situación más dramática que la de los candidatos a adoptar en Malí porque todos tienen un niño asignado, a veces desde hace más de un año, al que conocen y visitan con regularidad en un orfanato del que no lo pueden sacar. Han solicitado a las autoridades marroquíes que no se les aplique retroactivamente la circular que se envió en septiembre, pero hasta ahora no lo han conseguido.

viernes, 13 de enero de 2012

Niño español negro víctima de racismo en Brasil

Fuente: 20 minutos ( 3 de enero de 2012)

La Policía brasileña investigará si un niño español de seis años y origen etíope fue víctima del racismo en un restaurante de la ciudad de Sao Paulo del que al parecer fue expulsado por ser negro, han informado este martes fuentes oficiales.

"Se abrió una investigación para verificar si ocurrió, como mínimo, coacción ilegal, pero también intentaremos establecer si el caso puede ser encuadrado en la ley brasileña que tipifica los delitos de discriminación por raza o color", dijo el comisario Marcio de Castro Nilsson, responsable de la indagación.
El menor fue confundido, por su raza, con un niño de la calle que pedía limosna. El hecho ocurrió el pasado viernes en una pizzería de Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, y fue denunciado ese mismo día por la madre del menor, una turista de 42 años identificada tan solo como Cristina que se encontraba de vacaciones en Brasil desde mediados de diciembre con su marido, Jordi, y su hijo. Según los españoles, que el lunes regresaron a Barcelona, donde residen, su hijo, de 6 años, adoptado en Etiopía, fue expulsado del restaurante Nonno Paulo, en el barrio de Vila Marina, por un empleado del establecimiento que inicialmente se identificó como gerente.
De acuerdo con la denuncia, el menor, al parecer por su raza, fue confundido con un niño de la calle y tomado por el brazo hasta la puerta del establecimiento. La madre aseguró que el menor, que no habla portugués, estaba solo en la mesa mientras sus padres se servían en el bufé y que, tras no poder responder a lo que un empleado del restaurante le preguntaba, fue expulsado del local.
Los padres dijeron que, tras reparar que el niño no estaba en la mesa, salieron a buscarlo y lo encontraron a casi una calle del restaurante llorando y muy asustado. Los responsables del restaurante aseguraron que el chico fue confundido con uno de los niños de la calle que habitualmente entran en la pizzería a pedir limosna, según la denuncia.
El niño estaba solo en la mesa mientras sus padres se servían en el bufé. El restaurante, sin embargo, alega en un comunicado que nadie tocó al niño y que él mismo se levantó de la mesa y salió del establecimiento al ser preguntado por sus padres de los que al parecer se había perdido. "Hasta ahora no escuché a nadie del restaurante, pero quiero saber qué ocurrió, cómo trataron al niño y quiénes estaban en el local en ese momento", dijo De Castro Nilsson, de la trigésimo sexta comisaría de Policía Civil de Sao Paulo.
"Mi tesis es que, por la situación relatada, como mínimo ocurrió una coacción ilegal y tal vez el delito de racismo debido a que un niño etíope negro fue expulsado de un establecimiento aparentemente por sus características físicas", agregó. La legislación brasileña prevé penas de hasta cuatro años de prisión para los responsables de delitos de racismo.
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