Fuente: Eight Falacies of Adoption by Anna D. Slagle
Sexta falacia: no permitir el acceso del adoptado a sus documentos protege a la madre biológica de una intrusión en su vida futura por parte del niño que dió en adopción
Prohibir el acceso a los documentos originales de la adopción no protege a nadie y a quién menos protege es a la madre biológica. No tener acceso a esos documentos le impide también a la madre tener cualquier información sobre el niño que tuvo que dar en adopción, sobre las condiciones de la familia adoptiva, sobre la agencia que tramitó su adopción. Todo ello hace que ella tampoco pueda averiguar si su hjo siente curiosidad por conocerla o si está buscándola. Cada día miles y miles de adoptados adultos buscan en este país información sobre su orígenes y sus ancestros biológicos. Y al final logran encontrar información, a pesar de que no se les permite el acceso a esos documentos, a pesar de que las agencias y los jueces no les ayudan, a pesar de que todo el mundo trata de quitarles la ilusión por su búsqueda. Poco a poco van encontrando información y en cualquier momento, una llamada o una carta en el buzón pueden romper en pedazos la ilusión de que la prohibición de acceder a los documentos protege la intimidad de la madre biológica. Por otra parte, la mayoría de las madres biológicas no querían esta protección, no la pidieron, y se alegran infinitamente cuando sus hijos, ya adultos, les buscan. Hay muy pocas madres biológicas que no dieran a sus hijos con dolor y con arrepentimiento. La mayoría habrían preferido mantener a sus hijos con ellas si hubiera sido posible. La prohibición de acceso a los documentos de adopción se implantó, digan lo que digan, para satisfacer a los padres adoptivos. Para librarles de la preocupación de que alguien, algún día, les pudiera arrebatar a su hijo adoptivo que tanto les había costado conseguir.
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