Mi hijo tiene un nombre chino realmente precioso. Si yo hubiera tenido que elegirlo, no lo habría hecho mejor. Supuestamente ese nombre se lo pusieron en el orfanato y yo siempre he tendido a pensar que no le dedicarían mucho tiempo a esta tarea, que les pondrían los primeros nombres que se les pasaran por la mente. Después de leer este artículo publicado en Spanish.China.org.cn creo que quizás sí que le pusieron más empeño del que yo había imaginado. Eso explicaría su belleza y lo bien que se ajusta a la personalidad de mi hijo. El artículo me ha resultado interesantísimo pues ofrece información sobre la cultura china que desconocía.
El Huevo y el Nombre
Los chinos creen que un nombre puede condicionar a una persona el resto de su vida y puede determinar sus éxitos y su fortuna. Por ello, tradicionalmente se celebra una ceremonia que implica regalar huevos pintados como símbolo de buena suerte.
En un principio, todo el mundo está de acuerdo en que los huevos no tienen nada que ver con escoger el nombre de un bebé. Sin embargo, en China existe una razón importante para relacionar lo uno con lo otro. Se trata de la Ceremonia de elección de nombre del bebé, también conocida como el Huevo Rojo o la Ceremonia del Jengibre.
Tradicionalmente en China a un bebé no se le ponía nombre hasta que cumplía un mes de vida, momento en el que se celebraba una fiesta en honor del niño, a la que asistían familiares y amigos. Esta primera fiesta se consideraba “la celebración del primer mes de vida y para subrayar la incertidumbre que rodea la existencia temprana del niño” (Richard Smith, Herencia Cultural de China).
La Ceremonia de elección de nombre del bebé ha sido una parte de la cultura muy importante de la historia china. Sin embargo, hoy en día ya no se celebra tanto como en tiempos atrás.
La Ceremonia de elección de nombre del bebé ha sido una parte de la cultura muy importante de la historia china. Sin embargo, hoy en día ya no se celebra tanto como en tiempos atrás.
La Ceremonia de elección del nombre del bebé
Como en muchas otras culturas, para una familia china es importante tener un hijo varón para conservar el apellido de la familia. Las niñas eran consideradas una inversión perdida, ya que la mayoría de ellas acabarían casándose y abandonando el hogar familiar. Aunque algunas familias abandonaban y dejaban morir a sus pequeñas, sobre todo después de la promulgación de la política de hijo único, cuando todo el mundo rogaba por un hijo varón, muchas de las niñas eran vendidas para la prostitución o las más afortunadas eran dadas en adopción (para aprender más sobre el papel de la mujer en China, puede consultar la obra “Lecciones para una mujer” (女誡nǚjiè), de Ban Zhao (45-116).
En el pasado, solamente se celebraba una ceremonia de elección del nombre para los hijos varones, mientras que para las hijas simplemente se llevaba a cabo una pequeña cena familiar. Hoy en día, tener una hija no se considera algo malo como en otros tiempos, aunque la mayoría de familias sigue prefiriendo un hijo varón.
Para poder entender la Ceremonia de elección del nombre es necesario explicar la importancia de tener un hijo varón, o de tener un hijo en general.
En China existía una alta tasa de mortalidad infantil, sobre todo antes de 1900. Es por ello que la ceremonia no se celebra hasta que el niño tiene un mes de vida, ya que entonces la familia ya tiene la certeza de que el niño sobrevivirá.
En la actualidad, muchos nacimientos se llevan a cabo en clínicas u hospitales, hecho que contribuye a la creciente tasa de supervivencia infantil, pero aun así en muchos pueblos la única ayuda de la que se dispone en el parto es la de alguna anciana con experiencia.
A la madre y al recién nacido se les prohíbe salir al exterior en muchos casos, a veces incluso hasta que pasa el primer mes desde el nacimiento. Esto varía según cada familia.Después de la ceremonia, a los treinta o cuarenta días, la madre prosigue con sus tareas y todo vuelve a la normalidad.
Elección del nombre
Después de explicar las condiciones de esta costumbre, pasemos a describir las tradiciones de la ceremonia en sí.
La primera tarea de la familia es escoger el nombre. Esto puede hacerse de varias maneras. Es decisión de cada familia si el nombre dado al infante en la ceremonia será su nombre verdadero o un “nombre de leche”. El “nombre de leche” es un apodo que el niño usará hasta que empiece a ir a la escuela, o incluso hasta que se case.
Si escogen darle un apodo, muchas veces se le da a un varón un nombre femenino, bajo la creencia de que un hijo varón es una “presa de caza para los espíritus malignos” y que estos serán engañados si el niño tiene nombre de mujer. Si es una hija, o a veces también a un varón, se le da nombre de animal o algún nombre peyorativo, a modo cariñoso.
Normalmente son los abuelos qienes escogen el nombre real de un niño. Algunas veces se escoge simplemente por cómo suena o por su significado. En muchos lugares, los hermanos comparten un carácter común en sus nombres, y en algunos pueblos no sólo los miembros cercanos de la familia lo comparten, sino que es común en todos los hijos varones de un mismo linaje.
En ciertos lugares, sin embargo, el nombre no lo escogen los abuelos. Es un vidente quien da al niño un nombre que supla las deficiencias que pudiera tener según su naturaleza, incluyendo los cinco elementos de agua, fuego, tierra, madera y metal. Esto era considerado esencial para la supervivencia del niño, pero las supersticiones relacionadas con la elección del nombre de un bebé ya no son tan fuertes como antaño, y hoy en día muchos padres escogen el nombre ellos mismos.
La Celebración
Una vez escogido el nombre, se envían invitaciones a todos aquellos que honraron el nacimiento del niño. Se solía enviar un huevo duro pintado de color rojo, para notificar a familiares y amigos la futura celebración. En la actualidad, en las celebraciones en las grandes ciudades, se colocan en una mesa huevos pintados de colores vivos y los invitados pueden llevarse uno a casa como símbolo de buena suerte. También se les suele ofrecer a los invitados un poco de jengibre. La tradición del huevo rojo es muy antigua y data de cuando era costumbre que la abuela materna viniera de visita y trajera regalos. Normalmente traía ropa y huevos para el niño. Los huevos eran considerados un manjar en China, y era así como uno sabía si se había recibido alguna visita especial. Los huevos, normalmente de pato, eran pintados con dibujos de niños y flores.
La abuela solía traer también pastas dulces. A menudo estas pastas traían dibujos de diferentes símbolos de buena suerte, especialmente el dibujo de una flor de albaricoque. Sin embargo, el color blanco nunca era usado, ya que es el color de luto. No obstante, en la actualidad no existe ninguna regla establecida para las abuelas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, las costumbres en China empezaron a cambiar, debido a los diferentes gobiernos y a sus diferentes opiniones sobre el cambio de estas costumbres. Muchos de los oficiales creían que estas tradiciones chinas eran demasiado elaboradas, supersticiones y una pérdida de dinero. Las tradiciones en las bodas cambiaron enormemente, así como algunos procedimientos funerarios. Sin embargo, como la ceremonia de elección de nombre en sí no era un gran acontecimiento, muchas de las tradiciones se mantuvieron.
Durante la celebración, se solía rapar el pelo del recién nacido. El pelo de las niñas era rapado ante la imagen de la Diosa ‘Madre’ de los Niños, y el del niño ante la mesa ancestral. No se sabe con certeza la simbología de este acto, pero se cree que se hacía para desprender al niño del pelo de recién nacido como símbolo del momento en que comenzaba su existencia independiente.
Por tradición, se celebra un gran banquete, con unos 30 o 40 invitados. Los invitados suelen regalar ropa o sobres con “dinero de la suerte”; a estos regalos se les llama Li- shihs. El bebé es paseado por la sala para ser conocido y admirado por todos. Después de esto, los invitados comen y conversan entre ellos.
Los padres, en vez de enviar notas de agradecimiento a los invitados por sus regalos, suelen enviarles regalos también. Éstos suelen ser galletitas redondas rellenas de carne de cerdo. Aunque siguen siendo un regalo de agradecimiento muy adecuado, estas galletas ya no tienen el mismo significado que tenían en el pasado, y además ya no se envían las 50 o hasta 100 galletas que marcaba la tradición.
Los chinos creen que un nombre puede condicionar a una persona el resto de su vida y puede determinar sus éxitos y su fortuna, de ahí la importancia de esta ceremonia. El modo en que se celebra este rito depende más de las familias que de las normas que marca la tradición. Existen muchas otras tradiciones alrededor del nacimiento de un niño y hasta que se convierte en adulto, pero el ritual de elección del nombre es sin duda la más significativa.
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