Seis familias burgalesas decidieron en 2007 solicitar la adopción de un menor de Castilla y León, mientras que en 2010 fueron 28 las que presentaron los papeles con el mismo objetivo. La Gerencia de Servicios Sociales de la Junta considera que este incremento, generalizado en toda la comunidad, se debe a las pocas expectativas de éxito que tiene la gente con respecto a las adopciones internacionales. De hecho, entre las nueve provincias suman casi el mismo número de peticiones para menores castellanoleoneses que internacionales: 250 frente a 268, respectivamente. En 2007, por ejemplo, esta proporción fue de 72 peticiones frente a 389.
En los últimos meses, países como Vietnam, Nepal, Filipinas o Tailandia, que encabezaban los primeros puestos de las listas de demandantes, han suspendido la tramitación de expedientes. Otros, como China, Colombia, Rusia o India las mantienen, aunque con ciertas restricciones o exigencias nuevas. Todo ello ha mermado la esperanza de cientos de parejas que esperaban por un pequeño extranjero y puede ser la causa de que hayan decidido intentarlo con uno español.
Esta tendencia no deja de ser sorprendente dado que la relación entre peticiones y expedientes resueltos para prohijar menores nacidos en Castilla y León está muy desequilibrada. De hecho, el año pasado se registraron 250 peticiones y, en cambio, solo 57 familias recibieron niños, de los cuales 7 residen ahora en Burgos.
Otro aspecto peculiar de estos procedimientos es que la mayor parte de los menores castellanos susceptibles de ser adoptados tienen más de un año y algún factor «de riesgo o características especiales»; es decir, están en riesgo de exclusión social por su raza, pertenecen a un grupo de hermanos o tienen alguna enfermedad física, psíquica o sensorial, en ocasiones grave. A esto hay que añadir que los tiempos de espera en estos casos tampoco son cortos. La Gerencia de Servicios Sociales señaló que «a 31 de diciembre de 2010 se están asignando recién nacidos sin especial dificultad a solicitudes presentadas hace 5 años», mientras que antes los plazos rondaban los seis años. Esto, explican, puede deberse a que pudieron cerrarse los expedientes de muchas personas que lograron una adopción internacional o que, al final, desistieron.
Vietnam desbanca a China
Hasta hace muy poco tiempo, la mayor parte de la gente que se planteaba una adopción internacional, tenía China como primera opción. Ahora, en cambio, hay mucha gente que prueba con Vietnam. Las solicitudes presentadas en Burgos en 2010 son un ejemplo: solo una pareja inició los trámites para adoptar en China mientras que doce presentaron los papeles para Vietnam.
La responsable de la Entidad Colaboradora de Adopción Internacional (ECAI) Niños sin fronteras, Inmaculada Méndez, explica que este cambio se debe a que el país asiático ha endurecido las condiciones que deben tener los adoptantes y ha bajado el número de propuestas, lo cual se traduce en mayor tiempo de espera. «Ahora hablamos de cinco, seis o siete años de espera. Empezar una nueva solicitud para China es igual a no tener prisa», afirma.
Esta circunstancia, sumada a que Vietnam es uno de los pocos países que entrega bebés, explica lo que está ocurriendo. «Pero, claro, hay que tener en cuenta que Vietnam es un país muy pequeño y, por lo tanto, el número de niños que pueden adoptarse a lo largo de un año es muy inferior a China», explica Méndez.
En cualquier caso, los vaivenes en las solicitudes, por el momento no tienen reflejo en el resultado del proceso. Es decir, todavía son minoría las familias que prohíjan a un menor vietnamita. En el caso de la provincia, la Gerencia de Servicios Sociales tuvo conocimiento de que llegaron 5 menores chinos y uno vietnamita, de un total de 19 adopciones resueltas en 2010.
En los últimos meses, países como Vietnam, Nepal, Filipinas o Tailandia, que encabezaban los primeros puestos de las listas de demandantes, han suspendido la tramitación de expedientes. Otros, como China, Colombia, Rusia o India las mantienen, aunque con ciertas restricciones o exigencias nuevas. Todo ello ha mermado la esperanza de cientos de parejas que esperaban por un pequeño extranjero y puede ser la causa de que hayan decidido intentarlo con uno español.
Esta tendencia no deja de ser sorprendente dado que la relación entre peticiones y expedientes resueltos para prohijar menores nacidos en Castilla y León está muy desequilibrada. De hecho, el año pasado se registraron 250 peticiones y, en cambio, solo 57 familias recibieron niños, de los cuales 7 residen ahora en Burgos.
Otro aspecto peculiar de estos procedimientos es que la mayor parte de los menores castellanos susceptibles de ser adoptados tienen más de un año y algún factor «de riesgo o características especiales»; es decir, están en riesgo de exclusión social por su raza, pertenecen a un grupo de hermanos o tienen alguna enfermedad física, psíquica o sensorial, en ocasiones grave. A esto hay que añadir que los tiempos de espera en estos casos tampoco son cortos. La Gerencia de Servicios Sociales señaló que «a 31 de diciembre de 2010 se están asignando recién nacidos sin especial dificultad a solicitudes presentadas hace 5 años», mientras que antes los plazos rondaban los seis años. Esto, explican, puede deberse a que pudieron cerrarse los expedientes de muchas personas que lograron una adopción internacional o que, al final, desistieron.
Vietnam desbanca a China
Hasta hace muy poco tiempo, la mayor parte de la gente que se planteaba una adopción internacional, tenía China como primera opción. Ahora, en cambio, hay mucha gente que prueba con Vietnam. Las solicitudes presentadas en Burgos en 2010 son un ejemplo: solo una pareja inició los trámites para adoptar en China mientras que doce presentaron los papeles para Vietnam.
La responsable de la Entidad Colaboradora de Adopción Internacional (ECAI) Niños sin fronteras, Inmaculada Méndez, explica que este cambio se debe a que el país asiático ha endurecido las condiciones que deben tener los adoptantes y ha bajado el número de propuestas, lo cual se traduce en mayor tiempo de espera. «Ahora hablamos de cinco, seis o siete años de espera. Empezar una nueva solicitud para China es igual a no tener prisa», afirma.
Esta circunstancia, sumada a que Vietnam es uno de los pocos países que entrega bebés, explica lo que está ocurriendo. «Pero, claro, hay que tener en cuenta que Vietnam es un país muy pequeño y, por lo tanto, el número de niños que pueden adoptarse a lo largo de un año es muy inferior a China», explica Méndez.
En cualquier caso, los vaivenes en las solicitudes, por el momento no tienen reflejo en el resultado del proceso. Es decir, todavía son minoría las familias que prohíjan a un menor vietnamita. En el caso de la provincia, la Gerencia de Servicios Sociales tuvo conocimiento de que llegaron 5 menores chinos y uno vietnamita, de un total de 19 adopciones resueltas en 2010.
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