La titular del juzgado de instrucción número 4 de La Laguna que tomó declaración a los seis detenidos por la supuesta venta de bebés, decretó su puesta en libertad con cargos tras ser oídos en declaración.
Los acusados, un hombre de 43 años y cinco mujeres de 49, 46, 45, 44 y 43 fueron detenidos en una operación ´colateral´, ya que a raíz de un pinchamiento telefónico durante una servicio contra el patrimonio se constató que este grupo trataba de vender un bebé por 10.000 euros a una familia sin hijos. Estas mismas personas lo intentaron anteriormente con otra mujer sin recursos que, finalmente, dio marcha atrás en su intención de venta.
Los futuros padres adoptivos procedían, según la Guardia Civil, del norte de Tenerife.
A medida que se conocen más detalles de esta trama, todo apunta a una chapuza, más que a una operación organizada.
Fuentes cercanas al caso señalaron a la opinión de tenerife su extrañeza por las afirmaciones de que se trataba de una red dedicada a la venta de órganos, algo sin fundamento.
Los promotores de este negocio trataron de que una mujer, toxicómana, que se encontraba en avanzado estado de gestación les vendiese su bebé cuando estaba ingresada en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), por 3.000 euros y estos a su vez lo entregarían a una familia sin hijos, que estaba dispuesta a pagar 10.000 euros por el niño.
Según parece, los intermediarios si llegaron a presionar en reiteradas ocasiones a la gestante para que accediese a la venta del bebé aprovechándose estos del extremo estado de necesidad y falta de recursos para afrontar el cuidado del niño.
Los acusados, un hombre de 43 años y cinco mujeres de 49, 46, 45, 44 y 43 fueron detenidos en una operación ´colateral´, ya que a raíz de un pinchamiento telefónico durante una servicio contra el patrimonio se constató que este grupo trataba de vender un bebé por 10.000 euros a una familia sin hijos. Estas mismas personas lo intentaron anteriormente con otra mujer sin recursos que, finalmente, dio marcha atrás en su intención de venta.
Los futuros padres adoptivos procedían, según la Guardia Civil, del norte de Tenerife.
A medida que se conocen más detalles de esta trama, todo apunta a una chapuza, más que a una operación organizada.
Fuentes cercanas al caso señalaron a la opinión de tenerife su extrañeza por las afirmaciones de que se trataba de una red dedicada a la venta de órganos, algo sin fundamento.
Los promotores de este negocio trataron de que una mujer, toxicómana, que se encontraba en avanzado estado de gestación les vendiese su bebé cuando estaba ingresada en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), por 3.000 euros y estos a su vez lo entregarían a una familia sin hijos, que estaba dispuesta a pagar 10.000 euros por el niño.
Según parece, los intermediarios si llegaron a presionar en reiteradas ocasiones a la gestante para que accediese a la venta del bebé aprovechándose estos del extremo estado de necesidad y falta de recursos para afrontar el cuidado del niño.
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